Sigmun Freud trabaja atormentado sobre los patrones mitológicos que describen situaciones afines a los traumas humanos a raíz del contacto físico y la civilización.

Carl Jung revisa los modelos arquetípicos de la desazón humana como origen del vacío existencial.

Ambos se enfrentan, ambos se complementan.

24 de enero de 1925.

Información extraordinaria de la única cadena de radio.

“-Fenómeno astronómico; durante la jornada de hoy, a pleno día, se producirá un eclipse de sol”

Los vecinos conversan revolucionados. El médico sugiere salir a las afueras a ver el evento con cristales ahumados para proteger los ojos

Clara acude a los campos de almendros lindantes con viva curiosidad y contempla expectante como se cubre el cielo de un manto gris a pesar de hallarse despejado. 

A la caída del sol, desde el espigón, frente al mar, en el Puerto de Santa María como en el de Barcelona, los chiquillos, junto al faro, recogen lapas sujetas a la rocalla de los salientes costeros, contemplando el regreso de las barcazas o los anzuelos de los pescadores ocasionales.

Estos hechos suceden en las tardes apacibles del estío

El padre de Clara trabaja en el puerto. Es consignatario de Adunas.

Algunas tardes de verano, cuando el padre se exime del quehacer, Clara le acompaña para ver llegar los barcos.

Clara está hechizada por la fuerza del mar. Anhela otros mundos. Otras vivencias. Otras posibilidades.