1885 en
Barcelona.
Ernesto padre
de Julio acude a clases de dibujo a la Escuela de la Lonja.
Entre otros
hay un chico joven, Pablo Ruiz Picasso, que se excita con ideas avanzadas.
Algunos
profesores, rechazan sus bocetos a pesar de ser el hijo de José Ruiz Blasco,
uno de ellos.
Los domingos Julio va a la playa a echar
cometas al vuelo.
Contempla los trazados de su padre y se
pregunta porqué no dibujará ahora.
En ocasiones vienen visitas, son amigos y
compañeros de Ernesto de cuando estudiaba en la Escuela de Arte.
Se trata de gente alegre que disfruta y
se entusiasma como los circenses bajo la carpa.
Un grupo de ellos organiza obras
teatrales. Ensayan en invierno y después se disfrazan y actúan.
Julio piensa que la sustancia en la que
se asienta la vida es un escenario de acontecimientos.
Pasarán más de cien años y otros tantos
antes de que lo humano pueda reorientar el rumbo.
Tres infatigables acontecimientos bélicos
están por llegar.
Los átomos visionados por Demócrito se
estremecen de dolor y llanto.
Los artistas DADA crean obras
intrigantes.