Sobre la enseñanza de las artes
visuales
La raza humana desde sus orígenes se
constituyó a través de grupos sociales intercambiando experimentos y
conocimiento. A partir del inicio surgieron distintos tipos de lenguaje: el
sonoro, el visual y el gestual. Estos lenguajes, se fueron articulando y
refinando con el paso del tiempo. El sonoro derivo en onomatopéyico, musical,
verbal y escrito. (El escrito en pictográfico, cuneiforme y caracterológico). El
visual en plástico y estético. Y el gestual en movimiento y ritmo.
Estas vertientes del lenguaje fueron
definiendo la cultura y organizando su continua transmisión.
En los albores del siglo XXI, el
lenguaje visual y plástico, es el medio de comunicación universal que no conoce
fronteras y utiliza vías simbólicas tan sutiles como para difundir e influir
sobre el individuo o la colectividad.
Así, en la era industrial, ha alcanzado grados de
interés tal que se ha empleado primordialmente en publicitar cualquier mensaje
debido a su alto valor de seducción.
Pero para que esta fascinación sea
patente, el nivel de estética y plasmación debe de ser muy elevado para que su
huella penetre indeleblemente en la esfera del espectador al que va dirigido.
Los artistas, científicos,
arquitectos y diseñadores escudriñan la Naturaleza interpretando el mundo desde
una cosmovisión cultural adquirida, a la búsqueda de nuevas ideas y
desarrollos.
El sistema educativo tiene la
obligación de enseñar los códigos visuales para interpretar la realidad y para
formar parte activa de la búsqueda esencial de la estética, la belleza y la
ética.
Los niveles estéticos van dirigidos
a diversos niveles culturales. Así, por ejemplo, vemos que la arquitectura adquiere
distintos grados de nobleza según que esté destinada a un público u otro,
aunque también influye la capacidad de conocimiento y/o desarrollo del creador
del espacio.
Si la sociedad fuese justa y
equilibrada organizaría un sistema educativo de alto nivel, en el que la
cultura se transmitiese universalmente y se estimulara la capacidad creativa.
Los resultados no serían inmediatos,
ya que los artísticos, son conocimientos que se han ido reservando a unos pocos
paulatinamente, y por lo tanto, los ámbitos familiares, no todos son igualmente
propicios. Pero progresivamente se irían alcanzando los objetivos.
Estas capacidades estéticas y
plásticas influyen en la forma de crear la propia realidad y, por lo tanto, son
óptimas para aplicar a cualquier disciplina. Sirven también para completar
experiencias profesionales y festivas.
Pero aún son más útiles si aplicamos
los conocimientos estéticos y simbólicos de la geometría y su urgencia en la
aplicación de las matemáticas.
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