miércoles, octubre 10, 2012


A los 9 años Clara pasa una larga temporada con la familia en la gran casa del pueblo.
Su interés principal consiste en adiestrar un par de palomos; macho y hembra. El macho claudica, pero la hembra huye constantemente del sometimiento.
Clara está convencida de que la paloma nunca empollará.

La paloma construye un nido en el campanario de la Iglesia desde donde se domina el pueblo.
Clara no sabe que los jóvenes palomos que rondan la finca fueron sus poyouelos.

El palomo subyugado por las caricias magnéticas de Clara, se duerme plácidamente en su regazo.

El pueblo en los tiempos de paz huele a estiércol y miel; en los tiempos de guerra a pólvora, miedo,  desconfianza y muerte.


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