POEMAS Y NARRATIVAS


PRESENTACIÓ D'ART a NIU D'ART THE COTTAGE, C/Muntaner, 414, Barcelona
Exposició del 26 de febrer al 22 de març de 1981 

Sembla com si al darrera de la cal·ligrafia de l'obra plàstica d'en Cesc Font es pogués endivinar la trajectòria, el camí, qe el conduí fins arribar a l'esdeveniment del darrer poema, amb una literatura plàstica, unes vegades suau, dolça i plena de sentiments nostàlgics i d'altres, desgarradora i amb força.

En Cesc Font és Jove, artista i poeta. El seu demà d'artista el veig clar, i m'aventuro a assegurar que en Cesc és un pintor de futur del qual en sentirem parlar molt, doncs això es solament l'inici d'una fecunda trajectòria artística. 

Malgrat la seva espontaneïtat les seves obres son mesurades i estudiades. En Cesc no pinta a l'atzar i per això el seu cal·ligrama espectral és sempre armònic.

Armonia de conjunts: taques, traços, colors...

Tot això es mou amb suavitat i sospesadament. No hi ha res de casual, però tot és sentit. 

Maria_José Vela 

 

La mirada poliédrica de Cesc Font Rahich.

Por un lado planos y colores, desde otro punto trazos cruzados, amalgamados, señalizados. También modela academias aprehendidas de trazo firme y seguro. Paisajes tiernos, emotivos, visionarios y retratos penetrantes impregnados de espíritus yuxtapuestos y/o amigables; el del artista y el del modelo. Ambos frente a frente suspendidos por el misterioso asombro de lo impenetrable. La realidad imaginaria y la ficticia.

La atmósfera, el vacío repleto de inexactitud.

¿Qué modelos sigue Cesc Font Raich? Muchos y ninguno.

Apareció acompañado, penetró en mi mundo como un vendaval perdido y estático a la vez, como una ráfaga permanente. Me dijo: he soñado ganchos, trazos y garabatos. Y lo invadió todo. Las paredes, los muebles, las telas de pintar y los tejidos otros.

Todo en blanco y negro. Y sus intersecciones.

Una tarde al contemplar el suceso, pensativos ambos, me dijo en un tono imperceptible: he soñado Jackson Pollock.

Cuando no estaba, el espacio seguía lleno. Iba y venía de la Facultad a casa y al salir a veces se perdía. En su mundo, con sus formas.

Cuando llegaba se sentaba en un cómodo sillón frente al caballete. Sus manos eran la prolongación de sus cuadros. Siempre pintadas de colores, también cuando tomaba el desayuno.

El espacio era majestuoso y él lo engrandecía más. Teníamos distancia para pintar, para disfrutar y para pasear.

Su propio universo está lleno de color. Cesc no concibe un entorno sin su intervención. Bien porque lo repinta todo o porque lo baña con su mirada capaz de impregnarlo todo. Como si quisiera que viésemos a través de su propio espíritu.

De este modo recoge piedrecillas del camino y las señaliza con formas y colores, luego las coloca junto a pinceles pintados nuevamente, reinventándose el uso de la brocha útil para pintar (embadurnada) y ser pintada como obra estética, embellecida.

Todo ello colocado en una cesta a su vez pintada, de nuevo útil para albergar y para ser trabajada como obra plástica.

Y así en una infinita sucesión de objeto dual; útil para laborar y para ser pintado, puede encuadrare su obra perfectamente encajada en una divina proporción, sin principio ni fin, en escalera ascendente y descendiente como los dibujos imposibles de Fisher, en un orden aleatorio y perfecto.

La obra de Cesc es abrumadoramente atmosférica y plana. Pero no a la vez en la misma obra sino según la secuencia o la intención y el soporte.

Es cambiante y personal. No se presta a confusión. Su factura es clarísima. 

María-José Vela 

 

SIN TIERRA

Sueña tierra,  sueña y despierta. 
Troncos secos,  desenraizados.
Desprendidos,  suspendidos, difuminados, volatilizados… al fin caídos.
Pulverizados. Sepultados, volados y huidos en círculo.
Todo en círculo, todo y nada enfrentado hacia el infinito.  Azar, caos, orden asimétrico.
La rueda mágica. De la luz brillante a la oscuridad más profunda y huidiza.  Todo está ahí.
Entra y sale. Va y viene.
Todo. Todo. Líneas, trazos, formas, colores transparentes. Sin ojo que mire nadie ve.
Trueno. Viento huracanado.
Sonidos de la selva vacía de vida. Dónde está la tormenta. ¿Dónde los ojos se asustan?
¿Dónde el escenario lo es? ¿Para quién se prepara?  Tan solo raíces pulverizadas al viento.  Y troncos, astillas y hebras diseminadas al fin.  
Bajen los ángeles. La tierra ya no es la tierra. 
Bajen los ángeles y limpien la superficie. 
Laven los rostros desolados de las criaturas. 
Allá un niño, acá un pez y una flor.  Detrás un cachorro de pantera.  Un perro  y una mosca.  La fina yerba.  Los altos árboles.
¡Cuidadlo todo!  Restaurad las formas.  Y las estatuas.  Y los colores.  Devolved los ojos a cada rostro.  Pintad el nuevo paisaje suave y dulce.  Sin noche ni día. Sin calor ni frío.  Sin alegría ni tristeza. 
Tan solo con asombro, con esperanza, con amor. 
Pintad tres soles templados para que no proyecten sombras. Vestid a los humanos como auténticos animales.  Con bellos cuerpos tornasolados. Como a los leones de la selva. Como a las mariposas del aire.
Todo sea biológicamente restaurable sin necesidad de intercambio de energía. Todo en paz.
Todo en harmonía.

 

REFLEXIÓN ENTORNO A LA FORMA, EL TIEMPO Y LA ESTÉTICA

Forma como algo que puede permanecer pero que es asimismo cambiante.
Forma multidimensional, forma tridimensional o plana, forma estática o en movimiento. Forma cóncava o convexa. Recipiente o contenido. Interior o exterior. Forma perceptible, como humo, como fuente de luz, como montaña de arena, como ríos, como árbol. Perceptibles todas a través del tacto, de la vista, del paladar, del oído, del olfato. Forma que se recoge con el sentimiento y se transforma en metáfora. Forma que está ligada a la esencia misma de las cosas. La forma que es la cosa en sí misma. Forma mutante en el escenario del tiempo.
El tiempo requiere un lugar, una escena. El tiempo es móvil y es estático. El tiempo está y no está. El tiempo sucede. El tiempo es la forma transformada. El tiempo es la historia, el acontecimiento. El tiempo contiene el mito. El mito narra la transformación del objeto. Repite cientos de veces la misma narración. Es la escena del teatro. La misma cosa pero con distinto acento. El mismo objeto, mutado una y cien veces. El tiempo y el suceso son la misma cosa. Al desplazarse el objeto y el tiempo crean el espacio. La red del espacio se dilata esfericamente creando la medida, a través de los acontecimientos que generan el número con sus mil formas.
La medida y la forma dan vida a la estética.
La belleza es polar. Ha sucedido lo opuesto y sus infinitos matices basculantes. La forma se ha cualificado. El tiempo en movimiento, se encoge y se dilata, se expande y se contrae. El tiempo es dinámico pero no va a ninguna parte. El tiempo solo palpita, respira, es acompasado. El tiempo y la forma generan la vida que se contempla a sí misma. El tiempo es música y la forma es plástica. Por ello el tiempo y la forma generan la estética. La Estética es el acto de contemplarse de la forma en el tiempo.
La estética desvela la razón del número y de la medida. A través de este concepto el objeto toma conciencia de sí mismo y se convierte en pulso fluctuante. Dentro, fuera, alto, bajo, derecha, izquierda, todo, nada.


EL PROCESO CREATIVO

Como todo proceso, la creación artística, tiene su modelo en la Naturaleza.
La preparación de los materiales opera en el campo: Alto y ancho. Norte, sur, este, oeste.
El bastidor y la tela: La preparación del terreno.
El carboncillo es la simiente sobre el lienzo.  Regada con el fluir de las primeras manchas acuosas.
El germen comienza a emerger. La mirada ilumina el desarrollo  abonado con pigmentos y aglutinantes.
La observación continua y el cuidado del progreso conducen al resultado final.
 
Al trabajar en tres dimensiones, la referencia espacial, está en su propia naturaleza. El soporte son las dimensiones originarias. La idea es la intención. Los bocetos son la siembra.
Los cinceles los materiales de labranza.
La iluminación visual, los bruñidos y los acabados asisten al desenlace del proceso.


 

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